Arces Japoneses
Arce japonés
Acer palmatum atropurpureum
El arce japonés es un árbol pequeño y popular debido a su forma esbelta, con una corona semicircular, y es mejor cultivarlo solo o en combinación con arbustos más bajos. El término deriva del latín palmatum palma = palma de la mano y señala las hojas ranuradas en forma de dedo. Las hojas de color rojo oscuro en otoño, pasan a un color carmesí brillante antes de que el árbol pierda todo su follaje para el invierno.
Origen: El arce japonés es originalmente del noreste de China, Japón y Corea, donde crece como árbol pequeño en bosques sombreados. En Japón se cultiva como un árbol ornamental y como bonsái.
Cultivo: La semilla se puede criar en interior durante todo el año. Deposite las semillas durante una semana en el frigorífico y después manténgalas durante 12 a 24 horas en agua a temperatura ambiente para que se hidraten. Ambos tratamientos ayudan a mejorar la germinación de las mismas. Introduzca las semillas a un centímetro de profundidad en sustrato húmedo. Cubra el recipiente de cultivo con un film transparente y agujeréelo. Así protegerá la tierra de la desecación. Para evitar la putrefacción del sustrato retire el film cada dos o tres días durante 2 horas. Coloque el recipiente de cultivo en un lugar luminoso y cálido entre 17 y 23 grados y mantenga el sustrato húmedo, pero no mojado. La germinación se produce aproximadamente a las cuatro a diez semanas.
Ubicación: El arce japonés prefiere lugares desde soleados hasta semi sombra y protegidos del viento y un suelo libre de anegamiento. Cuidado: El arce crece con raíces bien arraigadas en la capa superior del suelo y con muchas raíces finas, por lo tanto requiere un riego uniforme y abundante. Incluso en invierno, debe tener cuidado que no se sequen las plantas mantenidas en maceta. Suminístrele cada cuatro semanas de abril a octubre, fertilizante líquido para plantas en maceta.
En invierno: En los primeros años, el arce japonés es ligeramente sensible a las heladas y debe ser protegido después de la caída del follaje, con la llegada del invierno, con chasca o el mismo follaje amontonado. Si lo cultiva en maceta debe aislar el recipiente. En años posteriores el árbol será totalmente resistente a heladas.